En un mundo donde muchos de nosotros tenemos la ambición de ser nuestro propio jefe, gestionar una empresa se ha convertido en un símbolo de libertad e independencia. Pero como se sabe, con gran poder viene una gran responsabilidad. Ser emprendedor no es solo el privilegio de decidir cuándo levantarse de la cama (lo que, como sabemos, generalmente significa despertarse mucho antes), sino también el arte de manejar las finanzas a un nivel muy alto. ¿Qué hacer para evitar que las finanzas de la empresa absorban nuestros recursos personales, mientras que, en lugar de dormir tranquilos, contamos ovejas y facturas sin pagar? Si quieres conocer una respuesta, te invitamos a seguir leyendo.
Es importante saber antes de leer…
- Numerosos estudios muestran que las empresas gestionadas por personas con formación en finanzas tienen más probabilidades de tener éxito. La gestión consciente del presupuesto personal y empresarial es clave para la estabilidad.
- Los emprendedores que invierten regularmente en sí mismos, por ejemplo, participando en conferencias y entrenamientos, aumentan sus posibilidades de éxito. Estos líderes saben adaptarse mejor a los cambios del mercado.
- Según investigaciones, hasta el 30% de las empresas quiebran en los primeros dos años. Una causa común es la falta de habilidades en la gestión financiera. Una buena planificación del presupuesto puede reducir significativamente este riesgo.
- El desarrollo de la tecnología financiera (aplicaciones para gestionar las finanzas) permite a los emprendedores realizar un seguimiento más eficaz de sus gastos, ayudándoles a planificar y controlar sus presupuestos de manera más eficiente.
¿Por qué las finanzas personales son clave para el éxito del emprendedor?
Algunos piensan que las finanzas personales y las finanzas empresariales son dos mundos separados. Bueno, podemos decir que, en un mundo ideal, así sería. Lamentablemente, en la práctica, suelen entrelazarse. La manera en que gestionamos nuestro dinero personal puede tener un gran impacto en la estabilidad y éxito de nuestro negocio. Si nos permitimos gastos personales sin control, podemos descubrir que no tenemos fondos para invertir en el desarrollo de la empresa o para cubrir gastos inesperados.
La clave es entender que nuestra empresa es una entidad financiera independiente. Imaginemos que es nuestro amigo especial, que siempre necesita nuestra atención y apoyo, pero nunca debe arruinar nuestra vida personal. Hay que aprender a equilibrar y planificar para asegurarnos de que, en caso de necesidad, tanto la empresa como nosotros mismos estemos listos para cualquier desafío financiero.
Cómo separar las finanzas personales de las empresariales
Separar las finanzas personales de las empresariales es como intentar cocinar espaguetis sin que se peguen. No es fácil, pero definitivamente es posible. En primer lugar, se recomienda tener cuentas bancarias separadas. Sí, lo sabemos, esto implica más papeleo y contraseñas que recordar, pero créanme, vale la pena. Las cuentas separadas no solo ofrecen transparencia, sino que también facilitan las declaraciones fiscales. Cuando llegue el momento de los informes financieros, lo último que queremos es el caos.
Además, es recomendable establecer un salario mensual que se transfiera de la cuenta empresarial a la personal. Esto ayuda a evitar la tentación de usar fondos de la empresa para gastos personales. Así, tenemos una visión clara de lo que realmente ganamos y lo que podemos permitirnos, mientras que la empresa sigue teniendo los recursos para su desarrollo y gastos imprevistos.
Presupuestar: una palabra con la que debes familiarizarte
Si alguien te dijo alguna vez que presupuestar es aburrido, probablemente sea una persona que nunca ha dirigido su propia empresa. Planificar el presupuesto personal y empresarial es un arte de anticipación y preparación para cada posible escenario, desde el más prometedor hasta el más sombrío.
Comencemos con el presupuesto personal. Es importante saber en qué gastamos nuestro dinero y cuáles son nuestras obligaciones mensuales. Esto nos permite determinar cuánto podemos invertir de manera segura en la empresa o ahorrar para tiempos difíciles. La conciencia de que estamos asegurados nos da una gran tranquilidad y nos permite tomar decisiones empresariales audaces.
El presupuesto de la empresa, por otro lado, debe incluir:
- Todos los costos operativos.
- Salarios.
- Impuestos.
- Fondos para desarrollo y marketing.
Es importante recordar que la empresa no es una máquina de generar dinero solo para nosotros, sino también para su desarrollo y futuro. No olvidemos las reservas financieras: cualquier empresa, incluso la más rentable, puede enfrentar dificultades que requieran inversiones inmediatas.
Inversiones: ¿cuándo (y cómo) es conveniente invertir en ti mismo y en tu empresa?
Invertir es uno de los aspectos más difíciles y a la vez más satisfactorios de gestionar un negocio. Tanto nosotros como nuestra empresa necesitamos un desarrollo continuo, y esto conlleva inversiones. La pregunta es: ¿cómo invertir de manera inteligente para no quebrar antes de siquiera arrancar?
Comencemos con nosotros mismos. El desarrollo personal y la educación son clave para cualquier emprendedor. Cursos, entrenamientos, conferencias: todo esto puede traer beneficios tangibles tanto para nosotros como para nuestra empresa. Pero recordemos que no necesitamos lanzarnos a todos los entrenamientos disponibles sobre marketing en Facebook. Seleccionemos sabiamente, guiándonos por las necesidades de la empresa y nuestro propio desarrollo.
En cuanto a las inversiones de la empresa, es importante tener en cuenta que cada peso gastado en el desarrollo de la empresa es una inversión en su futuro. Nuevos equipos, tecnología, ampliación de servicios: todo esto requiere inversión, pero también produce ganancias. La clave es evaluar qué inversiones son realmente necesarias y cuáles pueden esperar. El análisis de costos y beneficios debe convertirse en un hábito.
Trampas que acechan a los emprendedores
Dirigir una empresa no solo es gestionar las finanzas y el desarrollo, sino también saber evitar las numerosas trampas que pueden arruinar nuestros planes. Uno de los errores más comunes es recurrir excesivamente al crédito. Aunque puede parecer una solución rápida a los problemas financieros, con el tiempo puede convertirse en una carga que limita nuestras posibilidades de crecimiento.
Otra trampa es la falta de un plan de contingencia. Sabemos que pensar en el peor de los escenarios no es lo más agradable, pero es necesario. Los emprendedores a menudo se concentran en la visión del éxito, olvidando que la vida puede ser impredecible. Los gastos inesperados, las pérdidas o los problemas de liquidez (y si diriges una empresa, tales problemas casi seguramente surgirán) pueden sucederle a cualquiera, por lo que es importante estar preparados.
Y por último, no olvidemos nuestra salud y vida personal. El trabajo por cuenta propia a menudo conlleva horas extra y estrés, pero debemos recordar que nuestra empresa necesita un dueño descansado. Mantengamos un equilibrio entre trabajo y vida personal para disfrutar no solo del éxito empresarial, sino también de una vida satisfactoria.
Conclusión
Ser emprendedor es una aventura extraordinaria, llena de desafíos y oportunidades. Para tener éxito, debemos aprender a gestionar no solo la empresa, sino también nuestras finanzas personales. Separar las finanzas empresariales de las personales, presupuestar, invertir y evitar trampas son elementos clave en este rompecabezas.
Antonio Ruiz