El negocio familiar es una forma específica de emprendimiento que se distingue por su dinámica y ambiente únicos. Aunque para muchas personas es un sueño dirigir una empresa junto a sus seres queridos, la realidad puede ser mucho más compleja de lo que parece. Por un lado, los lazos emocionales cercanos son una fuente de fortaleza, motivación y estabilidad; por otro, pueden conducir a tensiones, conflictos y dificultades para tomar decisiones racionales. Para comprender los retos a los que se enfrentan las empresas familiares, vale la pena examinar tanto los desafíos como las oportunidades que surgen en su actividad diaria.
Datos importantes antes de leer:
- La empresa familiar Kongo Gumi en Japón existió de manera continua durante 1400 años, desde el año 578 hasta 2006, lo que la convertía en la empresa familiar más antigua del mundo. Se especializaba en la construcción de templos budistas y fue transmitida de generación en generación durante 40 generaciones.
- Una de las marcas familiares más grandes del mundo, la italiana Ferrero, responsable de productos como Nutella, Ferrero Rocher o Kinder, fue fundada por Pietro Ferrero en 1946. Hoy en día, la empresa está dirigida por su hijo Giovanni, y Ferrero es una de las familias más ricas de Italia.
- Las empresas familiares generan entre el 70% y el 90% del PIB global. Según algunos estudios, una de cada tres empresas en el mundo es una empresa familiar, lo que las convierte en actores clave en la economía global. Esto demuestra el gran papel que juegan en el desarrollo económico de diferentes países.
Ejemplos de empresas familiares exitosas que muestran que el éxito es posible
A lo largo del mundo, es fácil encontrar numerosos ejemplos de empresas familiares que han sobrevivido no solo durante décadas, sino incluso siglos. Algunos ejemplos son:
- Walmart
- IKEA
- BMW
Estas empresas demuestran que el negocio familiar no solo puede sobrevivir, sino también alcanzar un éxito global. Curiosamente, estas empresas, aunque comenzaron como pequeños emprendimientos familiares, lograron construir imperios enormes que han resistido muchos cambios generacionales.
Walmart, fundado en 1962 por Sam Walton, es hoy una de las mayores cadenas de distribución del mundo. La empresa, cuyos cimientos se basan en valores familiares sólidos, ha sido gestionada desde sus inicios por generaciones sucesivas de los Walton. Aunque Walmart no ha estado exento de desafíos relacionados con la sucesión y las condiciones cambiantes del mercado, finalmente logró mantener su identidad y seguir creciendo de manera dinámica.
De manera similar, IKEA, fundada por Ingvar Kamprad en 1943, se convirtió en un símbolo de innovación y simplicidad en el sector del mobiliario. Aunque Kamprad se retiró de la gestión de la empresa, sus valores y visión siguen dando forma a las operaciones del negocio, que permanece en manos de sus descendientes.
BMW, el gigante automotriz alemán, es otro ejemplo de éxito en el negocio familiar. La empresa, que sobrevivió a dos guerras mundiales y numerosas crisis económicas, es hoy uno de los líderes del mercado automotriz. El éxito de BMW se puede atribuir no solo a la innovación y la calidad de sus productos, sino también a los sólidos lazos familiares que han impulsado el desarrollo de la empresa durante generaciones.
Desafíos relacionados con la sucesión y la toma de control por parte de la siguiente generación
Uno de los mayores desafíos que enfrentan las empresas familiares es la sucesión. El traspaso de la empresa del fundador a la siguiente generación es un proceso bastante complicado. En muchos casos, las empresas familiares fracasan precisamente en esta etapa.
¿Por qué es tan difícil la sucesión? En primer lugar, esto se debe a las diferencias en la forma de gestionar la empresa y en la visión del desarrollo. La primera generación, que generalmente construye la empresa desde cero, se motiva de manera distinta que las generaciones sucesivas. Los fundadores de las empresas suelen estar muy comprometidos con el éxito a toda costa. Las generaciones posteriores, que heredan la empresa, pueden no sentir la misma presión, y sus prioridades pueden ser diferentes.
Un problema adicional es la falta de preparación de los miembros más jóvenes de la familia para asumir responsabilidades. En muchos casos, los fundadores no ponen suficiente énfasis en la formación de sus sucesores, lo que lleva a situaciones en las que la nueva generación no está lista para tomar las riendas. La falta de competencias y experiencia adecuadas puede dar lugar a malas decisiones empresariales, y, en consecuencia, a la caída de la empresa.
Sin embargo, la sucesión no solo tiene que ver con las competencias, sino también con las relaciones interpersonales. En muchas familias, este proceso genera conflictos y tensiones que pueden desembocar en una ruptura familiar. A menudo surgen desacuerdos sobre la dirección que debe tomar la empresa, la distribución de responsabilidades o la propiedad. También es un momento en que afloran resentimientos y quejas que estaban guardados, lo que empeora aún más la situación.
¿Cómo construir relaciones familiares saludables en el negocio?
Para que una empresa familiar pueda sobrevivir y desarrollarse a lo largo de las generaciones, es crucial construir relaciones familiares saludables. Estas relaciones constituyen la base sobre la cual se apoya toda la estructura empresarial. Desafortunadamente, las emociones suelen prevalecer sobre las decisiones racionales, lo que conduce a conflictos y malentendidos. Entonces, ¿cómo evitar estos problemas y construir una base sólida para la colaboración?
Primero que nada, es fundamental separar la vida privada de la profesional. Aunque esto pueda parecer sencillo, en la práctica es uno de los mayores desafíos. En las empresas familiares, la línea entre lo personal y lo profesional suele ser difusa, lo que provoca que los problemas laborales se trasladen al ámbito familiar y viceversa. Para evitar esto, es importante establecer reglas claras sobre la comunicación y la resolución de problemas en el negocio. Es fundamental que las reuniones familiares no se utilicen para discutir temas de trabajo, y que los problemas relacionados con la empresa se resuelvan de manera formal, por ejemplo, en reuniones periódicas de la junta directiva.
También es importante la transparencia y la comunicación abierta. En las empresas familiares, a menudo existen secretos que pueden generar malentendidos y conflictos. Por lo tanto, es recomendable asegurarse de que todos los miembros de la familia involucrados en el negocio tengan acceso total a la información y estén al tanto de las decisiones de la junta. La implementación de reuniones regulares en las que se aborden los temas más relevantes relacionados con la actividad de la empresa puede ayudar a evitar malentendidos y garantizar que todos estén alineados.
Papel de los asesores externos en las empresas familiares
Una forma de mitigar los problemas en las empresas familiares es contratar asesores externos. Las personas ajenas a la familia pueden ayudar a evaluar la situación de manera objetiva, asesorar sobre cuestiones estratégicas y apoyar el proceso de sucesión. La introducción de asesores profesionales también puede ayudar a evitar decisiones emocionales, que a menudo dominan las empresas familiares.
Los asesores externos también pueden colaborar en la resolución de conflictos. Con frecuencia surgen malentendidos en las empresas familiares que son difíciles de resolver internamente. En estos casos, un mediador externo puede ayudar a encontrar un compromiso que sea aceptable para todas las partes involucradas.
Los asesores externos también pueden ser útiles en la planificación de la sucesión. Gracias a su experiencia, pueden aconsejar sobre la mejor manera de preparar a la nueva generación para asumir el control de la empresa, cómo llevar a cabo el proceso de sucesión de manera fluida y sin conflictos, y cómo evitar los errores comunes al transferir la empresa a las siguientes generaciones.
¿Qué oportunidades ofrece dirigir una empresa familiar?
A pesar de los numerosos desafíos, el negocio familiar también tiene muchas ventajas. En primer lugar, los lazos familiares sólidos pueden ser una gran ventaja. Es evidente que la familia suele estar más comprometida con el desarrollo de la empresa que las personas externas, y esto puede, aunque no siempre, traducirse en un mayor nivel de motivación y determinación para alcanzar el éxito.
Las empresas familiares suelen caracterizarse también por una perspectiva a largo plazo. Mientras que muchas corporaciones se enfocan en ganancias a corto plazo, las empresas familiares a menudo piensan en el futuro en términos de generaciones futuras. Este enfoque a menudo proporciona mayor flexibilidad y permite tomar decisiones que son beneficiosas no solo a corto plazo, sino también a largo plazo.
Otra ventaja de las empresas familiares es su fuerte identidad y valores. Estas empresas suelen basar sus operaciones en principios éticos y morales que se transmiten de generación en generación. Estos valores no solo constituyen la fortaleza de la empresa, sino también su imagen en el mercado. Los clientes suelen ver las empresas familiares como más confiables y estables, lo que se traduce en una mayor lealtad y confianza.
También cabe señalar que las empresas familiares tienen mayor libertad para tomar decisiones. La falta de presión por parte de accionistas externos les permite gestionar de manera más flexible y asumir riesgos que podrían ser difíciles de aceptar en las corporaciones.
Conclusión
Gestionar un negocio familiar es una tarea extremadamente interesante, pero también un gran desafío. Por un lado, brinda enormes oportunidades para construir algo duradero y transferir la empresa de generación en generación; por otro, exige enfrentarse constantemente a desafíos. Es fundamental entender que el éxito en el negocio familiar no llega por sí solo: requiere trabajo arduo, compromiso y cuidar las relaciones familiares.
Antonio Ruiz